20.8.10

Edad Media. Poesía Épica

Orígenes de la Poesía Epica Española

Respecto a los orígenes de la poesía épica española, existen tres teorías que son compatibles :
1 ) Que es de origen francés.
2) Que es de origen germánico.
3) Que es de origen arabe. ~

España, teniendo como país fronterizo a Francia, recibe de éste su influencia, pero Alemania, a su vez, le da su aportación a través de los pueblos germanos que la invadieron. Menéndez Pidal asegura que España empezó imitando los cantos de los godos hasta que su épica consiguió una vida independiente en el siglo x, llegando a su apogeo en la mitad del siglo XI.
España, habiendo sido dominada por los árabes durante ocho siglos, necesariamente recibió influencia de ellos, y de aquí podemos entender fácilmente que aparezcan términos árabes en su literatura épica, como sucede con el poema del Cid, en donde la palabra Cid viene del árabe Sidi, que quiere decir señor .
EL MESTER DE JUGLARIA
En los pueblos de Europa que vivían en la Edad Media bajo un régimen bilingüe, casi la totalidad de la gente ignoraba el latín culto; los juglares vinieron a satisfacer la necesidad de informar a la masa sobre noticias de carácter histórico. Es a través de los Cantares de Gesta como cumplen con su misión y son los primeros en componer canciones en lengua vulgar que dan origen a la literatura juglaresca.
El juglar era un hombre ignorante que tenía cierta vena literaria e iba de lugar en lugar a entretener a grupos de personas de diferentes estratos culturales y sociales, ya fuera diciendo chistes o refranes, ya como
prestidigitador o cirquero, o bien, narrando hechos heroicos que llegaban a sus oídos, o mostrando sus habilidades musicales.
Los principales instrumentos de que el juglar se servía eran la cedra y la cítola que derivaban de la cítara antigua, y otros de procedencia oriental.
En la poesía lírica juglaresca encontramos en muchas ocasiones datos personales del juglar, cosa que no sucedía en la épica.
LAS CANCIONES DE GESTA
Son poemas narrativos basados en leyendas épicas de Castilla o en leyendas carolingias.
Los cantares de gesta más destacados son:
Los relatos de las hazañas del rey Don Rodrigo, que ocasionó en el siglo VIII la pérdida de España; el conde Fernán González, quien con sus hazañas logra que Castilla se independice del vasallaje de León; Romanz del Infant García, llamado así en la Crónica General y se refiere al último conde Castilla, que al ir a sus bodas es asesinado traidoramente por el conde Don Vela y por los hijos de éste. El Rey de Navarra, Sancho el Mayor, se encarga de vengarle.
Gesta de Ramiro y García, hijos de Sancho el Mayor: García, el hijo mayor, acusa a su madre, la reina, de adulterio. Ramiro, hijo bastardo de Sancho el Mayor, defiende la virtud de su madrastra a quien odia su hijo García por haberle negado un caballo que pertenecía a su padre. Gesta de los Infantes de Salas (o de Lara ) , quienes fueron decapitados por rencillas que tuvieron con su tío Don Ruy Vázquez.
El Poema del Mío Cid, del cual trataremos más extensamente en su oportunidad.
El cantar de Roncesvalles, que es muy parecido a la Canción de Roldán de las gestas carolingias.
El Bernardo de Carpio, hijo del conde de Saldaña y de Doña Jimena, hermana de Alfonso el Casto, rey de León, es despojado de sus pertenencias por su tío, quien lo consideraba hijo bastardo. Con destreza y valor logra reconquistar sus tierras y sus derechos.
EL CICLO EPICO DEL CID
El ciclo épico del Cid comienza desde sus mocedades y lo podemos dividir en tres etapas :
1) Las mocedades del Cid.
2) La edad viril.
3) El verdadero poema del Cid.
El Romancero del Cid nos habla de sus mocedades que terminan con la toma de Zamora. Los hechos más sobresalientes de esta etapa son :
Su matrimonio con Doña Jimena, hija de Don Gome Lozano, a quien el Cid había decapitado por defender el honor de su padre; las batallas contra moros y cristianos que reconocen en él gallardía y valor, al grado de que los primeros le llaman por esto "Mío Cid", que quiere decir "Mi Señor",
A la muerte de Fernando I, el reino queda dividido entre sus cuatro hijos :
Castilla es heredada por Don Sancho;
Vizcaya, por Don García;
León, por Don Alfonso;
Zamora, por Doña Urraca.
Siendo castellano el Cid, queda bajo las órdenes de Don Sancho quien, inconforme con la herencia paterna, decide atacar a sus hermanos " para reconquistar el reino de su padre, por considerarse el único heredero dada su categoría de primogénito.
Posteriormente, el Cid cerca Zamora, y cuando está a punto de tomarla, Doña Urraca estimula su vanidad masculina, recordándole los favores que su padre, el rey, le había otorgado, y cómo ella 'hubiera deseado ser su esposa, de no haberse casado el Campeador con Doña Jimena. Con esto, Rodrigo Díaz de Vivar abandona la empresa sin consolidar la toma de Zamora.
Edad viril del Cid. En esta etapa de la vida del Cid, la lucha entre el poder de Castilla y el de León se vuelve encarnizada. Don Sancho ha salido victorioso al cercar a Zamora y al obligar al rey de León a refugiarse en el reino moro de Toledo; pero el rey castellano es arteramente asesinado en una emboscada por el zamorano Bellido Dolfos, a quien el Cid persigue sin lograr capturarlo.
Alfonso VI, rey de León, hereda entonces el reino de Castilla, pero los principales caballeros castellanos, entre ellos el Cid Campeador, lo obligan a jurar solemnemente, en Santa Gadea de Burgos, que él no tuvo conocimiento de la muerte de su hermano y mucho menos culpa en ella.
El rey presta el juramento que se le pide, pero sintiéndose humillado, vuelca su rencor en Rodrigo Díaz de Vivar a quien condena al destierro por un año, revocando su sentencia y perdonándolo posteriormente al darse cuenta que trescientos de los mejores hombres de las huestes de Castilla están dispuestos a seguirlo al destierro.

EL POEMA DEL CID
El Códice. El poema del Mío Cid debió ser escrito hacia el año de 1140, por un juglar de tierras de Medinaceli, a mediados del siglo XII, aunque la copia que ha llegado hasta nosotros es del siglo XIV y fue hecha por un tal Per Abbat.
Este manuscrito fue descubierto en un convento de monjas de Vivar, en el siglo XVIII, y publicado por primera vez, en ese mismo siglo, por Don Tomas Antonio Sánchez.
El autor. El poeta del cantar del Mío Cid fue seguramente contemporáneo del héroe, y desde joven debió oír los relatos que se hacían del Cid.
El que no se haya perdido esta gesta, se debió a que el Cid se convirtió en el héroe nacional de España y como correspondía a la obra representativa del espíritu español, se copió continuamente, olvidando el nombre del autor por dar preponderancia a los hechos. Son los trabajos realizados sobre el poema los que han proporcionado algunos datos sobre la personalidad del escritor.
Por el lenguaje, por los detalles geográficos, por el conocimiento de los personajes, etc., se ha deducido que el autor debió ser un mozárabe de la comarca castellana de Medinaceli. Este mozárabe que seguramente no fue clérigo, anduvo por los caminos del Cid, conoció los lugares de la acción y a los cortesanos que intervienen en ella, ya que de veintiocho caballeros que se nombran en el poema, veinticuatro han sido identificados históricamente.
De los dos eclesiásticos mencionados, uno de ellos está equivocado, pues el abad Don Sancho es nada menos que San Sisebuto, Abad del Monasterio de San Pedro de Cardeña.
El estilo. El temperamento del juglar del Cid es muy diferente del de sus contemporáneos, pues los otros tienen sentimientos desmesurados que llevan a una acción brutalmente arrolladora, en tanto que el juglar cidiano es un místico de la épica y en la dureza de la vida busca lo positivo de cada cosa; estudia los personajes como caracteres de teatro; maneja recursos descriptivos, sobre todo en los momentos de la acción guerrera; y cada escaramuza o batalla tiene un aspecto propio. El héroe no está colocado en situaciones extraordinarias o sobrehumanas, sino que es un hombre completo que finca su valor y su triunfo en la fuerza de su brazo.
Otra característica del estilo del Cid es la unidad dramática: el héroe, en el transcurso del cantar , se va engrandeciendo y su ascensión está dividida en tres grandes tramos que corresponden a los tres cantares :
En el primero, el Cid se eleva hasta alcanzar la mayor honra guerrera. La pendiente intermedia es más suave: se hace Señor de Valencia y asienta en ella su hogar. En la tercera parte el Cid es encumbrado al más alto honor, aunque para ello haya tenido que pasar por la afrenta de Corpes.

Todos estos datos indican un plan de conjunto plenamente concebido que echa por tierra la teoría de que el poema es una amalgama de cantares reunidos. La leyenda y la historia. La figura de Rodrigo Díaz de Vivar está íntimamente ligada con la leyenda y con la historia. Por una parte, los viejos cronicones y la Historia de España de Alfonso X el Sabio, nos dan un dilatado semblante sobre la figura de Rodrigo; por la otra, si el Cid fue el héroe naci*onal, lógico es que el pueblo, al querer saber más y más de él, fuera por la inventiva literaria, creando nuevos relatos que desde muy pronto dieron lugar a los más viejos romances.
Los cantares. En los cantares se narran las hazañas del Cid, quien vivió en el siglo XI en las cortes de Fernando I, Sancho II el Fuerte y Alfonso VI, el de Toledo.
El primer cantar se llama Del destierro: El Cid es desterrado de Burgos por el rey de Castilla, Alfonso VI. Con los caballeros y deudos que se le unen, vence a los moros y derrota al conde de Barcelona.
El Segundo Cantar se llama Las bodas de las hijas del Cid: El Campeador conquista Valencia y envía a Alfonso VI unos presentes. El monarca concerta las bodas de Doña Elvira y de Doña Sol, hijas del Cid, con los Infantes de Carrión.
El cantar tercero se llama La afrenta de CorpeS; Los Infantes de Carrión, Don Diego y Don Fernando, son objeto de burla causa de su cobardía y piden al Cid permiso para llevar a sus esposas a tierras de Carrión. En el Robledal de Corpes las azotan y las dejan abandonadas. El Cid pide justicia y en el Castillo de San Servando de Toledo se celebran las Cortes y los Infantes son vencidos por los guerreros del Cid.
Sus hijas consiguen la anulación matrimonial y contraen nupcias con los Infantes de Navarra y de Aragón.
La versificación. La versificación del Cantar del Mío Cid, es irregular como todo el Mester de Juglaría. La rima es asonante y está escrita en versos que oscilan entre los de diez y de veinte sílabas.

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